Al establecer campos de refugiados en Uganda, Ruanda y Kenia, el ACNUR y los diferentes gobiernos anfitriones proporcionan infraestructuras temporales de alojamiento – desde postes y lonas hasta tiendas de campaña – montadas por equipos de técnicos o por los refugiads con ayuda de estos equipos. Semanas o meses después, los refugiados comienzan a apropiarse de estas estructuras, transformándolas con muros de barro, techos de lona o chapa metálica, sobre la huella inicial de sus “refugios”.

Estos materiales semipermanentes y el paso del tiempo contribuyen a que los campos se conviertan en situaciones más permanentes, y poco a poco los refugiados realizan mejoras a sus refugios, transformándolos en hogares “semipermanentes” con cocinas adjuntas y habitaciones adicionales, vallas, huertas y otras ampliaciones.

La evolución de los espacios de estas casas autoconstruidas (el número de habitaciones, el estilo de las aberturas, los muebles, el pavimento, el techo y los espacios exteriores) depende de muchas variables, incluido el tiempo, las políticas del gobierno anfitrión, la disponibilidad de espacio, materiales y otros recursos, la cultura. orígenes y tradiciones, y número de miembros de la familia (sus edades y capacidades). En este proyecto de investigación, medimos, dibujamos y representamos la variabilidad espacial de los diferentes hogares de refugiados.